EN LAS EMPRESAS SE NECESITAN PERSONAS NO SOLAMENTE INTELIGENTES, SINO CON ALTOS VALORES SOCIALES Y ÉTICOS
Así como hay un excesivo “culto al cuerpo”, existe un excesivo “culto a la inteligencia”, esa inteligencia que en las empresas es usada para conseguir el fin máximo: hacerla más rentable.
Las empresas contratan personas para que como “recurso humano”, den a través de sus competencias, mejores y/o mayores utilidades monetarias (ganar más dinero). Cuando el concepto del ser humano se remite por parte de los altos ejecutivos, a sólo eso, y no se consideran la dignidad humana, la bondad, la transparencia, la libertad, la creatividad se cae en una visión muy reduccionista del ser humano.
El escritor y conferencista Joan Antoni Melé, más conocido como el banquero de la “Banca Ética”, afirma que la educación actual se centra en formar personas muy competitivas bajo la premisa de que se debe estudiar, ser el mejor, para conseguir un buen trabajo y así ganarse la vida. Lo cual nos vuelve personas altamente consumistas, porque estudiamos y trabajamos para consumir más y más. Para Melé, quizás el mensaje más adecuado que debería darse a las nuevas generaciones es que "tenemos que estudiar para ser un hombres o mujeres útiles y de provecho a la sociedad".
Bajo esa línea de pensamiento, al parecer mucha gente inteligente sólo se está ocupando de resolver los problemas de las empresas y no así las del mundo. Vivimos en un mundo con una crisis de valores donde la corrupción a nivel político, legal, financiero y empresarial, es el máxime de quienes prefieren la vida fácil.
Así mismo, existe un grado de corrupción de la que somos parte como ciudadanos, ya que siendo parte de una empresa y por ende de una sociedad, no nos preocupamos ni nos interesa el bien común, es decir, no consideramos la ley moral que dicta que debemos hacer todo lo posible para que los demás estén bien.
Por eso necesitamos en las empresas, gente con valores y principios menos egoístas pero más cooperativistas, no es una época de competir, sino de cooperar; debemos salir de nuestra zona de confort y proponer modelos de gestión empresarial que eduquen en principios y valores (sociales y éticos) que construyan culturas con gente que compartan o se alineen con las mismas.
¿Será posible hacerlo en el actual contexto? ¿Como Administradores de Empresas qué papel nos tocaría desarrollar? O ¿será que es una vana Utopía?
Aporte: Lic. ADM Misael Rios, Cochabamba - Bolivia.
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