INTERESANTE HISTORIA DE ÉXITO DE LAS "CURITAS"
EL ADHESIVO CURATIVO TRANSPARENTE MÁS FAMOSO DEL MUNDO TRAE LECCIONES IMPORTANTES SOBRE INNOVACIÓN Y CONSTRUCCIÓN DE MARCAS
Estoy seguro de que nunca llegó a la farmacia y pidió un adhesivo curativo transparente. El pedido es siempre por una "curita" marca Band-Aid. Esta marca se ha convertido en sinónimo del producto que representa y atraviesa generaciones desde 1920, cuando fue lanzada. ¿Cuál es el secreto de las marcas que logran ese tipo de proeza?
Hay muchos ejemplos en el mercado: Nescafé, Bombril, Chiclete, Gillette... La lista es inmensa. Lo que diferencia la historia del Band-Aid de todas ellas son algunas curiosidades que viene para ilustrar muy bien cómo funciona el proceso de innovación para la creación de productos exitosos.
NO BASTA CON INNOVAR Y PENSAR QUE SU CREACIÓN DURARÁ PARA SIEMPRE
El primer punto es la identificación de una necesidad. La esposa de un empleado de Johnson & Johnson cortaba y quemaba los dedos con frecuencia cuando iba a cocinar. El marido, entonces, resolvió buscar una manera de ofrecer a ella, inicialmente, una protección para los dedos, pero acabó percibiendo que podría ser usado como curativo también.
Después de probar y ver que funcionaba, él presentó el prototipo al superior inmediato y pronto surgiría nuestro buen y viejo Band-Aid en el portafolio de la compañía. Este inventor, Earle Dickson, acabó construyendo una larga carrera en la compañía y llegó a ser vicepresidente.
Identificada la necesidad, desarrollado el producto, el éxito en el mercado fue inmediato. Pero ¿es que basta con descubrir lo que la gente necesita y listo? Para una historia de casi 100 años, ha sido necesario hacer mucho más. Entra en juego, entonces, la experiencia de Johnson & Johnson. A lo largo de los años, se crearon campañas para públicos específicos, surgieron las versiones de los adhesivos con temas de clásicos infantiles. Décadas después vinieron las múltiples opciones de tonalidad de piel y ya es posible comprar Band-Aid personalizado en Internet.
Hoy, hay muchos similares en el mercado. Pero el Band-Aid continúa en el liderazgo absoluto. Es interesante percibir que otras marcas que se volvieron sinónimos de sus productos, aun manteniéndose vivas en la memoria del público, perdieron espacio para competidores. Bombril, por ejemplo, tiene una competencia férrea con Assolan, que arrebató buena parte de su público.
La lección que queda aquí es que no basta con innovar y creer que su creación va a durar para siempre. La longevidad de un producto o de una empresa exige saber es reinventar cotidianamente para enfrentar los desafíos que los cambios de los mercados exigen.
¡Recuerde siempre eso!
ADM. Leandro Vieira
Autor del libro "Su futuro en administración" (Campus / Elsevier)
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